viernes, 29 de mayo de 2009

Por qué digo “NO” al impuestazo tecnológico

Finalmente, encontré un tiempo para escribir estas líneas acerca del que creo es un proyecto que poco y nada ayudará a los argentinos. Hablo del que ya se ha bautizado como el “impuestazo tecnológico”, que pretende gravar las importaciones de notebooks y demás dispositivos, favoreciendo además a las empresas instaladas en Tierra del Fuego.

Entiendo la postura del Gobierno sobre querer recaudar más y así tratar de seguir adelante. Cristina Kirchner -que tiene una MacBook Air en algún lugar de la residencia de Olivos- dijo que se importaron productos tecnológicos por u$s6.000 millones.

Es cierto que la cifra es altísima, pero nada garantiza que gran parte de ese dinero se vuelque a un compre nacional.

Actualmente, una notebook importada -HP y Dell, entre otras- tiene un precio algo más elevado que una nacional, dentro de las cuales podemos citar a Olivetti, EXO, BGH y Banghó. Pese a ello, las extranjeras siguen liderando las ventas.

Pero atención porque en el top five de las más vendidas tenemos a tres nacionales… pero ninguna con una planta en Tierra del Fuego. Según datos de 2008, Olivetti, Banghó y EXO se mezclan entre las líderes en ventas dentro de la Argentina.

Para ser más concretos, Olivetti sigue de cerca a HP en cuanto a ventas. O sea, ya se compra nacional y bastante. Agreguen a esa lista a BGH y los equipos que fabrican Frávega, Garbarino y Megatone, como Commodore.

El papel de las multinacionales va mucho más allá de traer un equipo y dejarlo a la buena suerte en el mercado. Soporte, servicio técnico, alquiler de locales, publicidad… es decir, trabajo en la Argentina para miles de personas y riqueza que se queda acá.

Pensemos en los dos escenarios posibles. Se aplica el impuestazo, los precios suben y las ventas bajan. No hay dudas de que alguna parte de esa cadena que mencioné arriba se verá afectada. ¿Se perderían empleos? No puedo afirmarlo, pero sin dudas alguno que otro sí. Agreguemos a eso el escenario para los empleados de las que ensamblan fuera de Tierra del Fuego, como Olivetti y Banghó: si las plantas se mudan, ellos se van para allá o pierden el trabajo.

Y el segundo escenario: se aplica el impuestazo, los precios suben y las ventas no bajan. El Gobierno estaría feliz porque recaudaría más. Las plantas fuera de Tierra del Fuego no se mudan y todos contentos. Incluso podemos pensar en que alguna multinacional decida ensamblar en esa provincia y el número es redondo.

Pero esta posibilidad me parece igual un tanto lejana… si la brecha de precios entre las nacionales y las importadas sigue aumentando, tendríamos más ventas de equipos ensamblados en el país. No está mal, nada mal.

Pero insisto: a pesar de la diferencia de precios entre las nacionales y las importadas, se venden un poco más las segundas. Eso da un indicativo de las preferencias de los argentinos, bah, de todo el mundo. ¿O conocen en el mundo alguna marca nacional que logre ganarle algún mercado a HP, Dell o Acer?

¿Somos un mercado tan importante como para compararnos con Brasil y su Manaos? El Gobierno y empresas como BGH y NewSan dicen que sí. Yo creo que no y por ello no tenemos multinacionales ensamblando acá. Dell sí está en Brasil… porque su mercado es cuatro veces más grande que el nuestro, sin contar con que Brasil está entre las 15 economías más grandes del mundo.

Que se entienda bien: me parece perfecto que traten de incentivar la “producción” y venta nacional, pero no en estos términos. ¿No sería mejor bajar impuestos a las empresas que ensamblan acá sin castigar a las extranjeras? Ahí sí la brecha de precios haría que sea mucho más atractivo comprar notebooks de BGH.

Con una medida de ese estilo el Gobierno sí estaría premiando a la producción nacional y no sólo a la de Tierra del Fuego. Y al mismo tiempo crearía condiciones más atractivas para que una empresa de la talla de Dell y el resto miren con más atención a nuestro país, como un probable fabricante y exportador de notebooks.

Creo firmemente que la medida sólo logrará aumentar las importaciones en negro y el contrabando, encarecerá la tecnología para todos y por último perjudicará a las empresas que decidieron instalarse fuera de Tierra del Fuego, apostando a un país y no a una sola provincia.

Dell Studio 14z, para los amantes del color

Se incorpora un nuevo integrante de la familia Studio de Dell, la 14z, que vuelve a dar vida a este segmento de pantallas que la empresa norteamericana tenía medio abandonado.

El rasgo más destacable, más allá de los típicos colores de la gama Studio, es su placa: una NVIDIA GeForce 9400M, la segunda portátil Dell que la incorpora tras el XPS 13.

La configuración básica de la Dell Studio 14z arranca con un Intel Core 2 Duo (aunque no sorprendería que para América Latina vengan con un Celeron), 3GB de RAM, disco desde 250GB a 500GB, baterías de hasta ocho celdas, dos altavoces más subwoofer y webcam.

Su pantalla retroiluminada LED de 14’’ brinda una resolución de 720p (1280 x 720). El equipo posee salida HDMI y DisplayPort y viene con Windows Vista Home Premium.

Está disponible en varios colores y su precio base comienza en 649 dólares. En este link, todos los detalles de la Dell Studio 14z.

Las netbooks "canibalizaron" el 20% del mercado de portátiles

Finalmente, Intel dio a conocer qué tanto se vieron afectadas las ventas de su procesador Celeron frente al Atom, que actualmente monopoliza el interior de las netbooks.

De acuerdo a Christian Morales, jefe de ventas europeas de Intel, las ventas de netbooks representaron cerca de un 16% de las ventas de portátiles en el mundo, aunque un poco mayores en Europa Occidental.

Incluso, dijo que en Reino Unido e Italia, las ventas de netbooks podrían llegar a ser del 25% del mercado total de portátiles.

“Hemos visto alguna canibalización de Celeron por Atom”, declaró Morales. Agregó que los márgenes de beneficio de Intel con Atom fueron mayores que los de los procesadores Celeron.

Stacy Smith, jefe financiero del mayor fabricante de procesadores del mundo, dijo que los notebook serían el principal motor de crecimiento para los próximos años, impulsados por una tendencia creciente a la movilidad.